KIM SAHORI NÁJERA RDZ
MÁSTER EN NUTRICIÓN CLÍNICA
Una nutrición óptima es un potente escudo ante las enfermedades. Las enfermedades crónicas y obesidad están asociadas a un peor pronóstico de COVID-19 que surgen debido a la falta de nutrición. Llevar una dieta balanceada, buenos hábitos, realizar actividad física, dormir correctamente nos llevará a que las defensas del organismo funcionen correctamente.
Un estudio reciente arrojó que las personas que se contagian de COVID-19 y tienen una obesidad y/o síndrome metabólico podrían tener un daño mayor en los órganos, lo que puede convertirse en una falla funcional cuando se enfrenta a un gran estrés (presencia del virus). La obesidad se acompaña de un estado de inflamación y respuesta inmune, que puede inducir a una respuesta inflamatoria excesiva y agotamiento inmune. Así mismo notaron que el tejido adiposo (grasa corporal) funciona como un portal para invasión del virus. (Jun Yang et al. J Med Virol. 2020)
Por esta razón es importante tener una alimentación sana, un peso normal y un sistema inmunológico en buenas condiciones.
¿Qué acciones tomar para llevar una vida más saludable ante la pandemia?
• Es de suma importancia tener nuestra dosis de vitamina D al día, se sabe que la forma activa de la vitamina D tiene efectos positivos en el sistema inmune. Así que es aconsejable aumentar la ingesta de esta vitamina y tener una exposición ligera de luz solar.
• La vitamina A esta asociada con a la prevención de ciertas infecciones.
ESPEN (The European Society for Clinical Nutrition and Metabolism) recomienda la suplementación como tratamiento ante el COVID-19 y aumentar el consumo de vitamina A como forma de prevención. Esta se puede encontrar en jugo de zanahoria, ensalada de zanahoria con aceite de oliva, espinacas y calabazas.
• Consumo de Omega 3, este es un inmunonutrimento que regula la cascada de sustancias inflamatorias. Se recomienda una manera general de consumir 100-150 g 2 veces por semana de pescado (atún, salmón, sardinas, trucha, camarones). Suplementación 1-2 g/día (no exceder los 5 g/día).
• Evitar alimentos que pueden ser “pro inflamatorios”: grasas no saludables (margarina, papas fritas, papitas, manteca, aceites refinados, aceite de palma, comida rápida, carnes altas en grasas.
• Dejar de fumar.
• Disminuir el consumo de alcohol 1-2 copas.
• Evitar consumo de drogas.
• Sueño reparador.
• Durante la cuarentena y el aislamiento social aumentó la inactividad física promoviendo una pérdida de masa muscular. En los últimos años ha sido considerada como potente regulador del sistema inmune.
Se recomienda realizar ejercicios de fuerza, ejercicios de flexibilidad y cubrir la ingesta de proteína, sobre todo en adultos. 30 min diarios.
• Lleva una alimentación rica en verduras y frutas, reducida en azúcar y grasas saturadas.
Es importante contar con aliados en el proceso del cuidado de tu alimentación, encuentra establecimientos seguros que comercialicen desayunos, comidas y cenas ricas en las dosis necesarias para estar preparados ante el virus.